El pasado 2 de noviembre, el astrónomo aficionado Guennadi Borisov desde su observatorio en Naúchnyi (Crimea), volvió a descubrir un nuevo cometa que podría ser interestelar. Las observaciones y cálculos realizados sobre el objeto, indican que tiene una órbita hiperbólica, lo que implica ser un cuerpo no local, es decir, que no procede del sistema solar; pero su pequeño tamaño de a penas 400 metros de diámetro pone en duda su procedencia interestelar ya que es muy pequeño para sobrevivir en tan largos viajes, a no ser que sea un cuerpo desgastado físicamente por sus largas trayectorias y estemos viendo un cometa interestelar viejo; pero hay quien opina que con ese tamaño su origen podría estar en la Nube de Oort y que un cuerpo masivo, posiblemente Júpiter, halla influenciado en su gravedad y le podría haber cambiado la órbita, pero haría falta un impulsor para que lo inmersa en el interior. Astrónomos piensan que podría ser el hipotético planeta nueve el culpable de esa inmersión, pero no hay nada claro.
El máximo acercamiento a nuestro planeta lo hizo el pasado 11 de noviembre y el 16 lo hizo con el Sol, pero las últimas imágenes recibidas apuntan a que se ha desintegrado.
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