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La piedra del marciano

 


El Castellar, un yacimiento arqueológico donde nos podemos encontrar restos de distintas épocas, lo que demuestra la biodiversidad de la zona y pone en pie los distintos tipos de asentamientos mostrándose al ojo del visitante. 

Podríamos decir que el 90% de los yacimientos están enterrados por distintas causas, donde la forestación y desastres naturales podrían ser unos de los causantes principales, aunque a fecha de hoy nos podemos encontrar un vertedero que a saber la de toneladas de basura están ocultando algún tesoro prehistórico, o neolítico, o musulmán, o íbero, o a saber.

A la derecha podemos ver la estructura de los que fue el Castillo de El Castellar

Mi primera exploración en El Castellar, gracias a mi primo Carlos, fue de mano del historiador Andrés Miguel Valero y el estudiante de historia José Luís Lara, los cuales me dieron una clase magistral sobre el pasado de la zona. Aprendí a identificar petroglifos, cazoletas, puntales, covachas, vestigios musulmanes, íberos y más cosillas que no me acuerdo.

Siguiendo la senda que se deja ver, llegamos a una parte donde se encuentra un marcador solar al que llamaron Betilo, cuyo significado es Morada de Dios por considerarse una roca sagrada, cuya procedencia podría ser un meteorito, pero en este caso no lo es. Por su extraña forma, sus descubridores, integrantes del antiguo Grupo Ilicitano de Estudios Arqueológicos, la denominaron la Piedra del Marciano (1982). A su alrededor descansan otro tipo de rocas alargadas que parecen proceder de un menhir que estaba junto al lado del Betilo.

Situándome frente a esta roca, se pueden contar 6 orificios y debajo de ellos una línea que cruza 4 de ellos. Es curioso que esta línea tenga cierta inclinación en su interior, es como si estuviera tallada expresamente con ese ángulo por algo. 

José Luís me comenta que está orientada hacia el Este y no solo eso, el día 21 de Septiembre estuvo junto al Betilo y vio que el Sol se alzaba justo sobre el último puntal situado en una zona denominada ‘El Puntal del Buho’ por haber una roca sobresalida en una pequeña montaña, que se asemeja a la cabeza de dicho animal. 

Tomando medidas referentes al Betilo, pude concretar que verdaderamente esa roca sagrada está orientada no sólo al Este, sino que si trazamos un ángulo de 90 grados al respecto, el puntal número uno señala el Sur. Que cosa más curiosa, nuestros ancestros de la zona necesitaban conocer la posición del Sol en el cielo, pero no solo eso, hay más. De los 6 orificios que hay en el Betilo, tres de ellos marcan la salida del Sol según la época del año, consiguiendo así marcar los solsticios y equinocios. Esto ya deja de ser una curiosidad, sabían lo que hacían.

El último puntal marca el equinoccio de Otoño y Primavera, visto desde el Betilo

El primer puntal, el del centro, marca el Sur desde el Betilo

Si volvemos al Betilo, veremos esos tres orificios centrados sobre esa línea, aunque hay un cuarto que en este caso no me significa nada, de momento. Tomando medidas se observa que el del medio marca en línea recta la posición del Sol en los equinoccios, es decir el último puntal, mientras que (teniendo en cuenta que lo estamos viendo de frente) el que está a la derecha marca la posición del Sol en su solsticio de Verano y el de la Izquierda el solsticio de Invierno. 

¿Qué marcan los otros dos? Estando allí busqué ángulos que mostrasen la salida y puesta de otros astros que marcaran algo, pero no señalan nada y lo único que se me ocurre, situando mi vista entre los cinco orificios, es que marcan el límite de visión de los ojos, por lo que podrían estar marcados por alguna razón, pero si vemos el Betilo de lado, vemos que hay otro orificio que no marca un punto concreto, ni siquiera un puntal visible.

Nótese el orificio totalmente distanciado de los otros 5

EXPLORACIÓN NOCTURNA

Cae la noche y desplegamos instrumentos, o más bien lo intentamos, porque teníamos encima de nosotros una nube de mosquitos dando por saco. Tenía que medir la posición de la cazoleta 5 y 6, ya que por el día no le encontraba ningún sentido, bueno si, la cazoleta 6 apuntaba hacia el Sur, pero la 5… ni pajotera idea. 

En el simulador (programa Stellarium) vi que podría apuntar al orto de la estrella Antarés, la estrella principal de la constelación del Escorpión, pero ¿para qué? Lo normal es que se apunten a ortos solares, lunares, de Venus y de Sirio, pero de Antarés ¿? Lo único que se me ocurrió es que en el antiguo Egipto había un Dios relacionado con Escorpio y podría tener alguna relación. 

Con las linternas puestas y alumbrando la zona, apunté con el láser los diferentes puntos que señalan las cazoletas del Betilo y mi sorpresa llegó cuando apunté a la cazoleta 5, el láser se dirigía hacia Antarés justo cuando la constelación se encontraba por encima de los puntales 3 y 4. ¡¡ Bingo !! Aquí hay tomate, natural o frito, pero hay tomate. Hay una relación del Betilo con la constelación del Escorpión, pero ¿por qué? Esa era mi tarea para el día siguiente. En ese momento lo único que queríamos era salir del campo de la  batalla de los mosquitos y otros bichos voladores, así que cuando acabamos de medir, salimos por patas hacia el coche y a casita.

Al día siguiente me puse a investigar sobre esa relación del Betilo con la constelación. Los egipcios tenían marcadas las constelaciones con el orto de 4 estrellas y Antarés era la que marcaba el inicio del Verano, era época de la recogida de la siembra. También representaba a la diosa Serket que anunciaba la salida del Sol por sus templos en el equinoccio autumnal (3700-3500 aC) y muchos de los templos egipcios están orientados de tal manera que la luz de Antares jugaba un papel importante en las ceremonias que se llevaban a cabo, entonces ¿podría haber algún tipo de templo egipcio por la zona? Cuestión de verlo. 


CONCLUSIONES PROPIAS DEL BETILO

Lo podemos llamar Betilo porque se encuentra junto a una covacha donde probablemente se practicaba algún rito, pero también podría ser un marcador solar porque apunta directamente a la salida del Sol. Si juntamos las dos cosas, tendríamos una piedra sagrada, porque sería un busto donde se realizaban ritos de bienvenida al mundo, una especie de ‘bautizo’ ancestral. Si hubiera estado orientado hacia el Oeste, sería todo lo contrario, ritos de sacrificios o celebración  de la nueva vida de los difuntos.

Tras varias medidas realizadas del busto, no se me quedan las cosas claras. Presenta seis cazoletas donde cuatro de ellas están marcadas por una marca recta y son las que más juntas están. Esto me lleva a investigar la posibilidad de que se traten de marcas solares, es decir, un marcador solar.  

Lo que tenemos que tener claro es que los orificios son grandes y las medidas pueden dar errores, por eso me oriento con un valor medio. Lo más interesante son los dos orificios (cazoletas) que están en medio de los cuatro marcados. Las mediciones me marcan uno a 85º y otro a 95º, donde vemos que hay 10 grados de diferencia para que representen los equinoccios, ya que a fecha de hoy estarían marcados en un mismo punto y no en dos, por lo que me pongo a investigar con el Stellarium. 

A fecha de hoy el Sol sale por el mismo punto en los equinoccios, unos 89-90º (Gráfica 1 y 2). Para poder llegar a esos 85 y 95 grados, me pongo a viajar en el tiempo y tengo que pararme en el año 1100 aC cuando las medidas se acercan a lo que busco (84 y 95 grados). En el 1200 aC son 83 y 95 grados, se sale un poco de los parámetros. En el 1000 aC tenemos 84 y 95 grados y en el 900 aC 84 y 94 grados, por lo que llego a la conclusión de que los equinoccios marcados en ese marcador solar corresponde entre los años 1100 aC a 900 aC. (Gráficas 3 y 4) Durante estos 200 años los equinoccios se asemejan a los que marca el busto. 

Gráfico 1

Gráfico 2

Gráfico 3

Gráfico 4

Los otros dos orificios que están marcados a los 80 y 105º no me cuadran con nada, no pueden ser los solsticios porque sus posiciones no son variables, siempre son 60º en verano y 120º en invierno. ¿Qué puede ser? Personalmente no le encuentro relación con el Sol.

Quedan dos orificios que no están marcados por ninguna línea ni nada, simplemente están a la misma línea y bastante más separados. Como ya comenté en el capítulo “Exploración nocturna del Betilo”, el quinto orificio marca el orto de Antarés saliendo entre los puntales 3 y 4 ¿Por qué? NPI Para los egipcios marcaba el inicio del otoño, la época de la recogida de la siembra y la inundación del Nilo, pero ahora la pregunta es otra ¿Había cultura egipcia aquí durante ese periodo de años? Ahí lo dejo.

Sobre el sexto orificio, nada especial, marca el Sur y posiblemente el meridiano local de la época. 

2ª PARTE


Después de un nuevo estudio realizado con Stellarium, tras el desconocimiento de saber donde apuntaban los orificios 1 y 4 del Betilo, he llegado a una nueva conclusión:

Como los 80 y 105 grados no pueden marcar solsticios, tenían que marcar ortos, por lo que después de varias horas de simulación veo que a 80 grados de azimut, tiene la salida de Las Pléyades en el mes de Septiembre (Gráfica 5), mientras que a los 105 grados tiene su salida el Cinturón de Orión (Gráfica 6) que marcaba la salida momentos después de Sirio, la estrella más brillante del cielo de invierno.

Gráfico 5

Gráfico 6

Tenemos que tener en cuenta que el lugar donde se encuentra el Betilo no se encuentra en un sitio llano donde se puede ver el horizonte limpio, por lo que estos orificios pueden estar alterados un poco para posicionar los astros en un orto topográfico adaptado en el lugar en el año 1000 aC.

Estas son las conclusiones que he sacado tras un estudio de campo de este ‘marcador solar’ después de varios meses, donde la pandemia ha interrumpido la investigación.

Victoriano Canales Cerdá

Estudio finalizado en Octubre de 2020.

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