La temperatura del color

Seguramente ya estarás familiarizado con el nuevo tipo de iluminación que se mide en K y que según el valor de esta constante, la iluminación es más intensa o menos intensa llegando a un color anaranjado o azulado, pero ¿por qué? 

La nueva iluminación se basa en luminosidad del Sol, nuestra estrella, la que nos da luz, calor, energía y la que sostiene la vida en nuestro planeta. El Sol tiene una temperatura superficial de unos 6000 ºK (Kelvin) y la luz que emite, según su longitud de onda, es de color amarilla como mostramos en la siguiente tabla.


Tomando el Sol como modelo, variamos la luminosidad aumentando el valor de la temperatura para tener una mayor iluminación, más que el propio Sol, o una iluminación menor. La luminosidad superior a la del Sol es mala para la salud y para el ecosistema, por eso está prohibido usar iluminación superior a la del Sol, más concretamente a partir de 4500 K y puede llegar a ser sancionada la empresa que use este tipo de luz por la noche. La luz se tiene que adecuar a la noche y por ello tenemos que reducir la temperatura de la luz

La temperatura adecuada es de 2700 K, ya que la longitud de onda del color que presenta en su espectro, se adecúa al ojo humano sin dañar la vista, haciendo más plausible y agradable la visión por la noche, además de que no derrocha energía y tampoco excede de luz molestando a los vecinos, es lo que se denomina Contaminación Lumínica y que para los astrónomos es un impedimento a la hora de poder realizar sus trabajos de investigación. En la siguiente tabla, podemos ver la escala de Color-Temperatura.




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