El asteroide 2024YR4 es noticia en todos los medios, unos más catastrofistas que otros, como siempre, pero esta vez la seriedad parece que hace corregir el "humo" de la exageración.
Fue descubierto el pasado 27 de diciembre con el programa ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) situado en Chile, a unos 828.800 Km de distancia de la Tierra cuando se encontraba pasando cerca de nosotros. El seguimiento puntual que se le hizo para elaborar la órbita y poder clasificar el tipo de asteroide que es, hizo que este 4 de Febrero los astrónomos que siguen el objeto, lo alertasen con un 3 en la escala Turín y un porcentaje de impacto de 1,5% para el 22 de diciembre de 2032.
Con esta alerta de probabilidad de impacto, los medios se hicieron eco y las noticias comenzaron a volar, por lo que ahora tenemos más preguntas que respuestas.
¿QUÉ HACEMOS AHORA?
Por los datos que se tienen por el momento, se ha llegado a la conclusión de que se trata de un NEO (Near Earth Object) de la familia APOLO, es decir, que se cruza con la órbita de la Tierra; de entre 50 y 90 metros de diámetro medio estimados por su albedo, rocoso de tipo S y un periodo de rotación de 19,5 minutos.
Astrónomos de la NASA y de la ESA trabajan en conjunto para conocer más parámetros orbitales y conocer su futuro real, porque actualmente se está alejando de nuestro planeta y su luz se debilita con el paso de los días. Será en 2028 cuando YR4 comience a venir hacia nosotros y entonces se vuelva a tomar el control del impacto, que básicamente será todo astrometría y seguimiento por varios observatorios. Todos los cálculos serán bienvenidos a la comunidad científica, porque si realmente viene de frente y con peligro de impacto, será difícil conocer la trayectoria tomando datos desde una misma zona, por lo que la colaboración proam será muy importante.
¿HAY SOLUCIÓN SI SE CONFIRMA EL IMPACTO?
Todo se verá a partir de 2028, por lo que el tiempo de respuesta será corto y no se tendrá solución tecnológica para una misión tipo DART, lo que solo nos quedará rezar y dejarlo caer. Es pronto hablar de zona de impacto por su falta de datos, pero se estima que Europa es el único continente que se salvaría de la quema. Si cayera en algún océano, la preocupación sería menor porque no habría daños materiales inmediatos ni tampoco tendríamos que lamentar muertes, pero si que generaría una gran tsunami con graves consecuencias. Lo único cierto que se sabe es que la energía de impacto sería tan fuerte que podría llevarse por delante una ciudad tan grande como Nueva York, por lo que si se diera el caso, habría que evacuar toda la zona calculada con riesgo de impacto.
Recordemos el caso del asteroide APOFIS, con impacto seguro por su alta probabilidad de impacto con nuestro planeta, y que los recálculos lo apartaron del peligro, pero sí concluyeron que tendrá un paso muy cercano a la Tierra.
Ahora mismo, todo son especulaciones, por lo que no tenemos que alarmarnos, por ahora.
Los sistemas de vigilancia de las agencias espaciales que monitorea el asteroide, han vuelto a bajar la probabilidad de impacto, bajando prácticamente al 0% tras los últimos cálculos. A 27 de Febrero, el nivel en la escala de Turín pasa a 0 y la probabilidad es de un 0,0039.
⏰ACTUALIZACIÓN A 22 DE FEBRERO DE 2025 ⏰
El Sistema SENTRY de NASA, que monitorea el asteroide para tenerlo controlado, a realizado un nuevo cálculo en el ángulo de incertidumbre, abriendo más el abanico de probabilidades de un paso cercano SIN IMPACTO. Ahora mismo la probabilidad de impacto es de apenas un 0,27%, muy por debajo del 3% que se calculó el pasado día 20 de febrero, cayendo al nivel 1 en la escala de Torino, que mide la probabilidad y las consecuencias de un impacto potencialmente peligroso.
Al estar alejándose de nosotros, los telescopios ópticos comienzan a tener dificultades para su seguimiento y cálculos astrométricos, por lo que tendremos que esperar al mes de mayo para que el Telescopio Espacial James Webb (JWST) lo observe en el infrarrojo y pueda determinar el tamaño real del asteroide y precisar un poco más su órbita, ya que depende del tamaño que tenga la respuesta de ese posible impacto.
Comentarios